Cómo renovar la cocina sin nada de reformas
Darle un aire nuevo, más actual y afín a sus gustos decorativos. Era lo que quería Margarita, la dueña de esta casa, renovar la cocina por completo pero con una condición: sin realizar reforma alguna. El cambio ha sido notable y estéticamente ha quedado mucho más bonita. ¡Os lo cuento!
Renovar la cocina sin retirar los armarios: ¡vaya transformación!
Los dueños de la vivienda me contaron que en realidad nunca les había convencido el aspecto de la cocina: ni el color del mobiliario, un tanto serio, ni tampoco el revestimiento de las paredes, que consistía en una combinación de azulejos en dos colores demasiado estandarizados y con la típica cenefa en el centro. En una palabra, se la encontraron así al comprar la vivienda y decidieron esperar unos años para renovar la cocina y transformarla en un espacio con más personalidad.
El primer cambio que les propuse fue sustituir las puertas de los armarios por frentes con un diseño y un tono cien por cien modernos. Una sencilla idea para renovar el mobiliario de la cocina y sin embargo de lo más resolutiva para que ya no pareciera la misma. Como los cascos se encontraban en buen estado, sería suficiente con colocar puertas y tiradores nuevos y de paso, de esta manera también se ahorraría considerablemente en el presupuesto.
La nueva paleta cromática para renovar la cocina
El tono elegido fue un azul grisáceo; es un color con bastante personalidad, que combina fenomenal con materiales más cálidos, como por ejemplo la madera, y acabados actuales tipo acero y cristal. Margarita enseguida se decantó por ese color para renovar la cocina y yo estaba convencida de que iba a funcionar muy bien por la gran cantidad de luz natural que tenía gran parte del día. No oscurece nada el espacio y en días soleados este tono se vuelve un tanto más azulado.
También cuidamos mucho ciertos detalles de las puertas, tanto los de arriba como los de abajo. Se encargaron a medida porque cada cuerpo tenía un ancho diferente, no estándar, y así nos asegurábamos de que todo encajaría a la perfección en el momento del montaje. Elegimos un diseño con un marco muy sutil pero suficiente para dar un leve realce a la superficie de los armarios. Y en acabado mate porque buscaba reforzar el efecto de naturalidad en todo el conjunto. El broche final fueron los tiradores, inspirados en los que llevan los muebles de oficio, perfectos para lograr que los armarios ganaran en estilo.
Estrenar encimera también fue de gran ayuda para renovar la cocina y su imagen final: la nueva imita a la madera con un acabado ligeramente grisáceo y resulta de lo más agradable visualmente. En cuanto al fregadero y la grifería, fueron sustituidos por modelos más novedosos; el fregadero recto de fibra en blanco roto y el grifo sencillo en forma de L.
Un cambio de maquillaje total para los azulejos
Igual de importante que transformar el aspecto de los muebles fue reducir el protagonismo de los azulejos al renovar la cocina. Como el objetivo era no hacer reforma, la idea planteada consistió en una solución de maquillaje estético que permitiera disimular en gran medida su presencia. ¿Cómo? Aplicando pintura plástica especial para revestimientos cerámicos de color blanco.
De este modo conseguimos, por un lado, cubrir por completo los tonos marrones que traían de origen estas piezas y que resultaban anticuados. Y por otro, crear un fondo más luminoso y neutro, que contrastaba y realzaba la personalidad y el color de los armarios. Además, les propuse a los dueños para rematar esa zona, una chapa de acero, justo entre la campana extractora y la vitro, con idea de que esta pintura no sufriera demasiado por el desgaste y el uso diario al cocinar. Tanto a ellos como a mí nos encantó el resultado. Otro recurso facilísimo para renovar la cocina.
Ahora bien, a veces vale la pena plantear una reforma a fondo en la cocina para conseguir mejoras más profundas. Te invito a que leas este Antes y Después sobre una cocina en Torrelodones.
Una zona de comedor mucho más actual y luminosa
A los propietarios de la casa no les convencía dejar las paredes de la zona de comedor con este revestimiento, un tanto desfasado estéticamente. Por eso se decidió cubrir con pasta por encima los azulejos, taparlos y alisar las paredes de esta zona y después pintarlas en un blanco roto muy cálido, empleando pintura plástica en acabado mate. El color blanco ha servido de hilo conductor, unificando los dos ambientes de la cocina.
Ahora el espacio donde comen a diario parece más amplio y ha quedado bastante despejado. Tiene un aspecto más relajado. Todo ha quedado muy integrado: la televisión, la despensa con las puertas a juego al resto del mobiliario… Y un nuevo armario-vitrina alto junto a la encimera ha aumentado la capacidad de almacenaje.
Renovar la cocina puede consistir en aplicar estos cambios tan sencillos y bien pensados. ¿Os han gustado?